El estudio lo realizó durante el año 2003, cuando analizó el nivel de producción de cada uno de los nidos. «Doce de los 30 que estaban a menos de 200 metros de las antenas no tenían pollos, frente a uno de los alejados», añadió Balmori, miembro de la Asociación Vallisoletana de Afectados por Antenas, informa Europa Press.
A partir de este resultado se hace la siguiente pregunta: «¿Si las antenas perjudican a los animales, por qué insisten en que las radiaciones no son dañinas para los hombres?».
A su juicio existe un paralelismo entre estos hechos y los síntomas que se relacionan con las personas que viven cerca de antenas, que «se aquejan de dolores de cabeza, insomnio e incluso de problemas tumorales», indicó Balmori, que ha encontrado en Internet y en la prensa «hasta 50 casos de conglomerados de cáncer en las proximidades de antenas como los de García Quintana».
Los árboles, otros afectados
Al margen del estudio sobre las cigüeñas, el biólogo Alfonso Balmori ha estudiado los efectos de las radiaciones sobre los árboles. Para ello ha tomado como muestra el Campo Grande, que tiene tres antenas en su proximidad, y donde ha detectado que los árboles más próximos a la pérgola se están secando. Este estudio lo ha publicado la revista Ecosistemas.
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